Las ex en general son un problema. Esta no es la excepción. Ya sea porque terminaron mal y le rompió el corazón a tu amorcito o porque tienen buena onda, el concepto de la ex es una mierda. Más si vive en la misma ciudad-pueblo que vos, solía vivir en tu casa y comparten la tenencia de una mascota. La vida es maravillosa para celosas como yo. Y créeme que hago un esfuerzo sobrehumano para no volverme completamente loca. Soy una persona adulta, en una relación basada en la confianza y el disfrute diario, ellos no están más juntos y él quiere estar conmigo. Y sin embargo, repetirlo todos los días frente al espejo no parece ser suficiente.
Pobre mina, la verdad es que ella no me hizo nada para que no la aguante. Estoy bastante convencida de que si las circunstancias fuesen distintas hasta podríamos ser amigas. Pero no, la mina ya viene mal parida, con una letra escarlata, la cruz de Ex es demasiado grande para mi pobre cabecita inmadura.
Otro conflicto con el que tengo que convivir es encontrarme cosas que no me pertenecen en mi propia casa. Acá no le podemos echar la culpa solamente a ella, porque a la hora de la división de bienes eran dos. Un vago que no abre placares hace 3 años y una persona que claramente le gusta acumular cosas y olvidarlas. Era evidente que hacían una linda pareja. El conflicto llegó el día que yo me vine a vivir acá. Y sí, terremoto Svidovsky llegó para quedarse. Al tercer día de convivencia yo ya había abierto todos los placares y sacado toda la ropa. Así que era de esperar mi enojo cuando comencé a encontrarme objetos que no me pertenecían. Camperas, carteras, medias, esas hebillitas de mierda. Posta, ¿se puede decir que las horquillas son invento del diablo? Cuando las necesitas no están, y cuando no las querés, aparecen desparramadas por toda la casa. Vamos a confesar que algunas cosas eran interesantes, algún que otro perfume, una caja con lápices que rápidamente hice mía. Pero todo el resto era, literalmente, basura. Mi análisis es el siguiente: ella ya no vive acá hace tres años, por lo tanto hace tres años que esos objetos no forman parte de su vida, no parece extrañarlos (si no, vendría a buscarlos), por lo que podemos concluir que estos son objetos olvidados, no extrañados, y entonces estoy en todo mi derecho a tirarlos a la mierda. El problema no es el tamaño de los objetos, sino qué objetos uno deja olvidados ¿Se podrá dejar olvidado algo a propósito? En realidad mi pregunta está más relacionada a ¿cómo mierda te olvidás algunas cosas? ¿Cómo se elige qué queda olvidado? Quiero saber cuál es el criterio, por ejemplo, de olvidarse una tanga en la casa de tu ex. Porque, y capaz me equivoco, yo siempre pensé que esas cosas eran de una en particular, sin importar con quién se usaba. Y por lo tanto si me mudo, me voy de viaje, o cambio de chongo, la tanga viene conmigo. Pero capaz me estoy confundiendo y la onda es dejar tangas desparramadas por las casas de todos mi ex (muchachos, empiecen a revisar). Como verán, este es un tema más bien delicado.
Hace poco, estaba pasando la aspiradora por debajo de la cama (y sí, hay que confesarlo, creo que fue la primera vez que lo hice desde que llegué) y me encontré con un par de cosas. La primera fue una bolsita llena de cartas, que no estaban dirigidas ni a mí ni a mi novio. Eso ya me dejo bastante mal predispuesta. Y después encontré en otra bolsa un almohadón en forma de corazón.
Tengo un morbo extraño y me copa pedirle a mi novio que me diga que me ama en alemán: Ich liebe dich. Por alguna razón, eso me pone melosa. No quiero saber por qué tengo semejante morbo, por qué me produce satisfacción escuchar un acento alemán tan fuerte diciéndome que me ama, no quiero ni saber. Capaz es porque soy judía y en alguna otra vida tuve síndrome de Estocolmo o algo así. Posta, no lo quiero ni pensar.
El tema es que el almohadón ese encontrado debajo de la cama, era obvio que era para mí. Pero no entendía por qué es que estaba debajo de la cama. Mire el recibo, solo para asegurarme que era de este año, de esta vida, y que era para mí. Y estaba comprado en abril de este año. Cosa que me dejó tranquila. En abril de este año la única mujer en el mundo de mi novio era yo (y la mamá y la perra). Pero después me acorde de que en abril yo no había estado en el país. Y la flasheé mal.
Cuando llego el pobre muchacho a casa lo acribillé con preguntas. La peor parte es que él decía no acordarse de ese almohadón, que él no lo había comprado.
-¿Qué quiere decir que vos no lo compraste? O sea ¿qué mierda hace un almohadón que dice “Te amo” en alemán abajo de la cama si no es para mí? ¿Y quién lo puso ahí?
Digamos que la conversación no viró para el mejor de los lados.
Así que lo llevé a la habitación a ver el almohadón en cuestión y mostrarle el recibo. Él me juró y perjuró que en abril del 2015 yo era la única mujer en su vida (junto con su perra y su mamá), que evidentemente el almohadón era para mí, pero que no se acordaba de haberlo comprado. Por lo tanto, agarramos el recibo para verificar la tarjeta de crédito con la que se había comprado. Y oh, caramba, la tarjeta de crédito era mía.
Yo había comprado el almohadón para él y por alguna extraña razón había quedado debajo de la cama y me había olvidado completamente de eso.
No, no estoy loca. Pero ahora tengo miedo de ser de esas que se olvida tangas en casas ajenas.
Pensé en 5 películas que tienen que ver con el tema de las ex, o de las otras, a ver qué dicen:
- The Crush, 1993, con Cary Elwes y Alicia Silverston. Ella es una menor de edad que se obsesiona con su vecino, varios años mayor que ella. No sólo le hace la vida imposible a él, sino también a la novia.
- Forgetting Sarah Marshall, con Jason Segel, Mila Kunis y Kristen Bell. Sarah le corta de la manera más humillante, y pobre tipo, para intentar alejarse de sus problemas decide irse a Hawai para terminar encontrándose a ella con su nuevo novio.
- El club de las divorciadas, la venganza perfecta para un mal marido.
- Scott Pilgrim vs The World. A veces me siento así, que tengo que pelear contra todos. Pero por suerte mis enemigos no son tan peligrosos.
- Atracción Fatal. Infaltable. Un muy acertado panorama de lo que puede pasar cuando una mina está obsesionada. Las consecuencias de engañar a tu pareja.
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