Ya hace casi dos años que estoy viviendo en Suiza y cada día que pasa me voy dando cuenta que hay ciertas costumbres a las que nunca me voy a acostumbrar. Valga la redundancia. Otras, por suerte no son tan malas.
Historias
Siempre fui un poco varonera. Desde chiquita me gustaban las tortugas ninjas y jugar al fútbol, no sé, había algo de la mística masculina que siempre me llamó la atención. Mi vida de varonera se terminó, abruptamente, a los 11 años, el día que me salieron tetas. Y no un par de tetitas, tipo botoncitos. Tipo tetas posta, gomas, pechugas, boobies, lolas, pechos, zompes, ubres, mamas. Posta. Tienen que pensar que a los 12 años parecía de 18 y estaba buenísima. Igual así, mis amigos de toda la vida siguieron siéndolo. Incluso con esos tamaños, así y todo, mis amigos me querían (y quieren) así como soy.
Vivir en otro país no siempre es sencillo. Estar lejos de tus amigos, de tu familia es medio un bajón. Entender que el otro es distinto a vos, que es de otro país, que tiene costumbres distintas, no siempre es de lo mas fácil. Yo soy extranjera pero ellos son extranjeros en mi vida. Ahora bien, las suegras suelen ser un tema complicado para todos, sumémosle que es de otro palo, y a veces pienso que viene de otro planeta. Todos sabemos el típico lugar en el que la suegra viene a estar. Les juro que no quiero hablar mal de ella… pero es tan fácil.
Siempre tuve amigos varones. Como que por un lado soy la única princess y me cuidan por ser la única mina y por el otro lado me incluyen en sus planes como si fuese un pibe más. Los hombres son seres mucho menos complicados que las minas. Solo hay que saber algún que otro código y ya sos parte. Así que tuve que fumarme varios partidos de fútbol reales y de play. Siempre me pareció que lo peor que te podía pasar en la secundaria era que no te gustara el futbol. Posta ¿cómo se hace para tener amigos? Ok, ponele que el tennis te parece re interesante, pero sin fútbol en tu vida, sos lo menos de lo menos.
Suiza es un país extraño. Muy extraño. Y con los meses me voy dando cuenta de que ser una argentina en Suiza es mucho más perjudicial que si hubiese nacido en cualquier otra parte del mundo. Nosotros estamos acostumbrados al caos, a que las cosas no funcionen, a la viveza criolla, a la supervivencia del más apto, al no aburrirse jamás, a salir hasta que amanezca. Todos estos son conceptos que acá no existen.
Las ex en general son un problema. Esta no es la excepción. Ya sea porque terminaron mal y le rompió el corazón a tu amorcito o porque tienen buena onda, el concepto de la ex es una mierda. Más si vive en la misma ciudad-pueblo que vos, solía vivir en tu casa y comparten la tenencia de una mascota. La vida es maravillosa para celosas como yo. Y créeme que hago un esfuerzo sobrehumano para no volverme completamente loca. Soy una persona adulta, en una relación basada en la confianza y el disfrute diario, ellos no están más juntos y él quiere estar conmigo. Y sin embargo, repetirlo todos los días frente al espejo no parece ser suficiente.
Estoy segura de que si le preguntas a mi mamá ella te va a decir que yo era la mala influencia entre mis amigas. Hay que reconocer que siempre tuve algún halo de niña precoz en mis venas, pero eso no me hacía ser una mala influencia. Creo. También mi mamá llegó a creer que era drogadicta. Mi relación con las drogas llegó a una temprana edad, y sí, supongo que ahora, a la distancia, ese hábito de consumir drogas recreativas probablemente no tenía un buen augurio. Sin embargo, yo estaba convencida de que las drogas no me iban a ganar. Sobre todo porque tuve, desde muy temprana edad, el entendimiento de que sólo era adicta a las personas. Hoy en día, intentando dejar el pucho, pongo en duda todas mis teorías. Pero en ese momento yo creía fervientemente que no era adicta a nada, y que podía tener una relación sana con las drogas.
Mi sueño es que este estudio sea analizado por verdadero sociólogos y pueda publicarse en alguna revista de renombre. Así que psicólogos y sociólogos amigos, pónganse las pilas.
Hay un tipo de hombre que le atrae un cierto tipo de mujer. Hay hombres que le caben asiáticas, ponele, tengo un amigo que le gustan las mujeres como potecitos de Actimel (misma forma), algunos les gustan rubias, otros altas y así. Pero este perfil de gente en particular no está lo suficientemente estudiado. No es la primera vez que hablo sobre esta teoría, una vez lo charlé con mi prima y ella comenzó a decirle parvush a las novias muebles en cuestión. Parvush es una manera amorosa de llamar parve a la gente. Para el que no sabe, y bien por vos si no lo sabés, la ley judía considera a un alimento parve cuando alguna receta no contiene ingredientes de leche o carne, es decir a un alimento neutro. Es decir un alimento con gusto a nada. Yo prefiero llamarlas mueble para que todo el mundo goy también comprenda. Esta es una teoría goy-friendly.
En general la gente viaja para escaparse de algo: de un trabajo de mierda, de la familia, de la rutina, del fantasma de un ex novio, etc. Mi caso era este último. Y digo fantasma porque convengamos que mi ex ya me había superado, y aparentemente, bastante rapidito ¿Qué son 7 años en la vida de alguien? Nada, parece. Cuestión que él con mujer e hijo y yo llorando por los rincones en estado calamitoso. Así que cuando mis amigos empezaron a planear un viaje a la concha de la lora me pareció lo más lógico seguirlos. Cada uno buscaba cosas distintas y no sé si todos encontramos lo que buscábamos. Pasamos Año Nuevo en una playa espectacular en Tailandia y pedimos deseos de año nuevo mientras hacíamos volar globos de colores. Todo muy de película. Es más, me puedo imaginar el tráiler en la cabeza. La típica película de terror en donde están en una playa paradisíaca, cuatro amigos, fiesta, descontrol, amores y de repente… un asesino serial, o uno de mis amigos es un asesino, o hay un tsunami o alguna catástrofe así copada.